Higinio Sobera de la Flor, un joven millonario de 23 años, asesinó a tres personas en la Ciudad de México entre el 9 y 12 de mayo de 1952, desatando temor en la población. Con un automóvil de lujo y una pistola calibre .380, mató a un transeúnte, un charro y una joven, en actos ligados a su esquizofrenia no tratada. Los crímenes, reportados por La Prensa, evidenciaron fallas en el sistema de salud mental y la justicia para elites.
Inmediatamente, la policía arrestó a Sobera el 12 de mayo en el Hotel Montejo tras hallar ropa ensangrentada y casquillos. Higinio Sobera de la Flor, apodado “El Pelón” por su calvicie y boina vasca, generó debates sobre privilegios y responsabilidad penal. Su caso, ampliamente cubierto, marcó un hito en la criminología mexicana de los años 50.
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Higinio Sobera de la Flor: Cronología de los crímenes y la investigación policial
Higinio Sobera de la Flor inició su racha violenta el 9 de mayo de 1952 en Coyoacán, disparando contra Pedro Galván Santoyo por cruzar la calle antes que su Plymouth 51. Un testigo identificó el vehículo, según La Prensa. El 11 de mayo, en Avenida Insurgentes, mató a Armando Lepe Ruiz, charro e hijo de un exjefe policial, tras un altercado vial, hiriendo a María Guadalupe Manzano.
Luego, el 12 de mayo, Higinio Sobera de la Flor disparó a Hortensia López Gómez en un taxi en Paseo de la Reforma, tras ser rechazado. Abandonó su cuerpo en Cuajimalpa, como consta en reportes policiales. El detective Silvestre Fernández lideró la captura, hallando a Sobera con una pistola cargada. La investigación reveló su historial de violencia y riqueza heredada, que facilitó su acceso a armas.
Contexto de salud mental y fallas institucionales
Anteriormente, en 1948, Higinio Sobera de la Flor mostró inestabilidad tras la muerte de su padre, un industrial acaudalado. Su familia lo internó tres meses en el Sanatorio Floresta, donde diagnosticaron esquizofrenia, según el criminólogo Quiroz Cuarón en La Prensa. Sin embargo, sobornos aseguraron reportes de “recuperación”, permitiéndole abandonar el tratamiento, lo que desencadenó los crímenes.
Además, su fortuna, estimada en un millón de pesos, le permitió evadir sanciones por infracciones de tránsito, según registros policiales. Higinio Sobera de la Flor vivía entre excesos, frecuentando bares y eventos sociales, lo que agravó su descontrol. La falta de supervisión médica y la impunidad por su estatus social expusieron serias deficiencias en el sistema de justicia y salud de la época.
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Higinio Sobera de la Flor: Impacto del caso y preguntas sobre la justicia
Higinio Sobera de la Flor enfrentó prisión formal el 17 de mayo de 1952, por orden del juez Porfirio Díaz Sibaja. En Lecumberri, su familia pagó 600 pesos mensuales por una celda con radio, televisión y visitas libres, según La Prensa. Este trato preferencial indignó a la opinión pública, que cuestionó la desigualdad en el sistema penal mexicano durante los años 50.
Por su parte, el caso impulsó discusiones sobre la atención a enfermedades mentales. En 1952, México carecía de políticas robustas para tratar trastornos como la esquizofrenia, con solo 12 hospitales psiquiátricos en el país, según datos históricos. Higinio Sobera de la Flor se convirtió en un símbolo de cómo la riqueza podía manipular la justicia, dejando a las víctimas sin reparación plena.
Higinio Sobera de la Flor "El Pelón" Su víctima fue el chofer de la entonces Miss México, Ana Bertha Lepe. Se trataba de un capitán del Ejército a quien disparó en la céntrica avenida Insurgentes y la calle de Yucatán, en la colonia Roma. #piso33 @nofm_radio pic.twitter.com/ymfbo4TTmp
— 🇲🇽 𝕯𝖔𝖓 𝕮𝖍𝖎𝖈𝖔𝖒𝖔𝖓̃𝖔́ 🇲🇽 (@CHICOMONIO) February 22, 2023
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