La buena práctica docente impulsa la formación de médicos comprometidos en la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), según la maestra Teresita Romero Ogawa. Con casi 50 años de experiencia, Romero destaca cómo la enseñanza, combinada con la investigación, transforma a los estudiantes de medicina desde 1976, cuando inició su carrera.
Por ello, la académica subraya la importancia de capacitar a los docentes para sembrar conocimientos y fomentar la prevención. Su trabajo en genética y la implementación de cursos de formación docente han fortalecido el impacto educativo en la Facultad de Medicina.
Buena práctica docente: La trayectoria de Teresita Romero en la BUAP
Primero, Teresita Romero comenzó su carrera en 1976 como auxiliar de docencia en la BUAP, tras estudiar medicina por su curiosidad sobre el cuerpo humano. Bajo la guía del genetista Ivanhoe Gamboa Ojeda, colaboró en la fundación del Departamento de Genética Médica, iniciando investigaciones con células humanas para cariotipos.
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Además, Romero participó en la creación del Laboratorio de Citogenética en 1977, un hito para diagnosticar enfermedades genéticas. La buena práctica docente, según ella, permitió transmitir estos avances a estudiantes, fortaleciendo su formación clínica y científica.
Contexto de la formación docente en la BUAP
Inicialmente, la BUAP implementó cursos de formación docente a finales de los años noventa, según registros institucionales. Estos programas capacitaron a profesores para mejorar sus métodos de enseñanza, impactando a más de 1,500 académicos hasta 2025.
Por otro lado, la Facultad de Medicina atendió a 4,200 estudiantes en 2024, según datos de la universidad. La buena práctica docente se consolidó como un pilar para integrar investigación y enseñanza, preparando médicos para enfrentar retos como la diabetes y la hipertensión.
Innovación en la enseñanza de la Medicina
Asimismo, Romero realizó una estancia en el Hospital Pediátrico Necker en Francia en 1985, aprendiendo sobre anomalías cromosómicas con Jérôme Lejeune. Esta experiencia enriqueció su enseñanza, enfocándose en la medicina molecular y la actualización de programas educativos.
Por ello, la académica promueve la cultura de la prevención entre estudiantes, abordando temas como el autocuidado. Buena práctica docente fomenta la disonancia cognitiva en temas de salud, según sus investigaciones publicadas en la BUAP.
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Impacto de la buena práctica docente en la formación médica
Finalmente, la buena práctica docente ha permitido a la BUAP formar médicos integrales, según Romero. Su trabajo en el Hospital Universitario de Puebla, revisando malformaciones congénitas, se refleja en los programas educativos que dirige en la Maestría en Ciencias Médicas.
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