El ecocidio del Tren Maya, término usado por ambientalistas, describe los daños causados por el megaproyecto en la Península de Yucatán desde su inicio en 2020. Este ferrocarril de 1,554 kilómetros, impulsado por el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, atraviesa Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán y Quintana Roo, conectando zonas turísticas.

El proyecto prometió desarrollo económico sin talar árboles, pero ha enfrentado críticas por deforestación, contaminación de cenotes y falta de consultas indígenas. Organizaciones como Sélvame del Tren y el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza denuncian impactos irreversibles, generando debate en redes sociales.

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Ecocidio del Tren Maya: Deforestación y contaminación en la selva maya

Primero, el Ecocidio del Tren Maya se evidencia en la tala de 6,659 a 10 millones de árboles, según CartoCrítica y Sélvame del Tren. La deforestación de 11,000 hectáreas afecta la selva maya, hogar de jaguares, monos aulladores y 350 especies de aves, fragmentando corredores biológicos esenciales.

Además, el tramo 5 (Cancún-Playa del Carmen) amenaza el sistema kárstico de cenotes, que abastece agua a 1.8 millones de personas. La construcción ha contaminado 30 cenotes con óxido y cemento, según activistas, poniendo en riesgo el Gran Acuífero Maya, crucial para la región.

Impacto en comunidades mayas y riesgos culturales

Por su parte, el Ecocidio del Tren Maya también implica un etnocidio, según el Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza. La falta de consultas previas, libres e informadas viola los derechos de las comunidades mayas, cuya relación con la tierra y los cenotes es central en su cultura.

Asimismo, la urbanización de los “polos de desarrollo” podría desplazar a 3,000 hogares, según expertos. José Clemente May, líder maya de Homún, afirmó que “el presidente promete una cosa y hace otra”, señalando que el proyecto prioriza el turismo sobre las necesidades locales de agua y salud.

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Llamado a la acción para proteger la península de Yucatán

En resumen, el Ecocidio del Tren Maya refleja un conflicto entre desarrollo y conservación. Aunque el gobierno proyecta 715,000 empleos para 2030, según ONU-Habitat, el costo del proyecto ha escalado a 500,000 millones de pesos, generando dudas sobre su transparencia.

Por ello, la militarización de la región y la criminalización de activistas, denunciada por el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, complican la oposición al proyecto. El Tribunal Internacional de los Derechos de la Naturaleza exige suspender los tramos 5 y 7 para auditorías independientes.

Además, el Ecocidio del Tren Maya ha generado protestas en redes sociales, con campañas como #SélvameDelTren apoyadas por figuras como Natalia Lafourcade. Estas acciones destacan la importancia de la participación ciudadana para exigir rendición de cuentas.

Por último, te invitamos a seguir informado sobre el Ecocidio del Tren Maya y sus impactos en nuestro portal. Participa en la discusión para promover un desarrollo sostenible que respete la naturaleza y las comunidades mayas.

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Morta Mora

Morta Mora

Estudió filosofía y letras , amante de las novelas y los libros de ciencia ficción. Desde la Universidad ha participado en la redacción de diversos artículos de índole académica. A través de esa...