Todos sabemos que el Yunque está en capítulo de muerte. La secta de ultraderecha, concentradora de acosadores y violentadores, varios de ellos ya denunciados, parece estar viviendo los estertores políticos y es que, a pesar de que tienen a dos diputados plurinominales en la bancada panista, una de ellos ya está negociando, ¿su nombre? Celia Bonaga.
Pues sí, así como lo están leyendo, aunque Ustedes se estarán preguntando, igual que yo, ¿como qué podría haber negociado? Porque uno negocia cuando tiene algo de valor, algo que dar a cambio.
Lo digo con mucho respeto, pero su capital político personal, no es mucho porque, el haber sido particular de Eduardo Rivera no le da un capital político al exterior de su agrupación. La gente no la conoce, pues.
Sí tuvo poder, claro, porque si alguien conoce TODO de esa sociedad, desde lo administrativo, los negocios, las complicidades, los acuerdos y la vida privada de su jefe, es Celia Bonaga. Además de que posee los directorios con los nombres de los liderazgos, ya pocos, que responden a sus llamados.
A eso, sumen que fue la coordinadora de la conformación de la inoperante estructura territorial de la campaña de Eduardo Rivera… ahí es donde podría incrementar su capital, porque la información es poder.
Entonces ya llegamos a un punto interesante, los directorios… esos directorios, esos teléfonos, esos datos mapeados, sí tienen cierto valor.
Quiero pensar que la diputada local plurinominal tiene luz verde de parte de su líder moral en el Congreso, es decir de Marcos Castro, para generar este tipo de acuerdos con el oficialismo. Quiero pensar que el mismo Eduardo Rivera, lo sabe, porque de no ser así, a eso le llaman alta traición.
Pero hablemos primero de lo que ha negociado.
Pues dicen los que dicen que saben Celia Bonaga quiere ser la candidata a la Presidencia Municipal de Puebla por Acción Nacional.
Y Ustedes se preguntarán igual que yo… ¿Y Liliana Ortíz?
¿Está pintada?
¿Chivo saltado, chivo quedado?
¿Qué no para eso anda tan movida en el Congreso, en Veracruz y en Puebla?
Vamos a intrigar juntos, porque lo están pensando igual que yo… si Celia Bonaga tiene luz verde de Marcos Castro y Eduardo Rivera… ¿están traicionando a Liliana?
¡Santa Madre del Creador! ¡Me va a dar algo señoras y señores!
Pero respiremos hondo y volvamos a lo que importa, porque cuentan entre las oficinas de los legisladores de la 4T, que la yunquista se ha sentado uno a una y una a uno, con los que considera los aspirantes del movimiento tetratransformador a suceder a Pepe Chedraui.
Ojo, lean entre líneas, porque evidentemente en el Congreso no creen que Pepe Chedraui pueda repetir.
Volvamos al punto… entonces ahí es donde comienzan las negociaciones.
Dice un bien informado asesor de cierto diputado local tetratransformadora, que la panista está ofreciendo sacrificar al PAN y al Yunque y obtener beneficios (¿contratos… trabajo?) los próximos tres años.
Hay una persona del movimiento lopezobradorista la ha escuchado con atención y no descarta aceptar una USB, esperando y deseando contender con la yunquista que promete perder la elección. Y no hace falta que lo prometa, ni tener una bola de cristal para saber que eso sucederá si logra la candidatura.
Porque claramente el capital político de la agrupación ultraderechista no es suficiente para competir dignamente en una elección en Puebla y de ganar ni hablamos.
El Yunque es un estigma de desprestigo, la de Acción Nacional es una marca muy desgastada y la diputada plurinominal es una política escasamente conocida. La fórmula perfecta para hundier el barco.
Pero negocios son negocios.
Si está actuando con la autorización de sus dos jefes, Marcos y Eduardo, entonces se están preparando como agrupación para traicionar al PAN, quemar sus barcos y llevarse lo que se pueda a costa de Liliana Ortíz. Pero si no tiene la bendición de los dos personajes antes mencionados, entonces va a quemar sus barcos, a llevarse lo que se pueda y a esto se le llama alta traición.
Morena y la 4T no requieren de este tipo de acuerdos, si algo les sobra es posicionamiento y recurso. Pero si alguien le compra el plan, queda claro que está dispuesta o dispuesto a comprar caro algo no merece la pena, ni el gasto. A eso sumen que dudo mucho que ese plan le guste mucho a Alejandro Armenta.
Ya en 2027 veremos si fraguaron los planes y Morena pagó caro por la información del Yunque.
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