Gerardo Fernández Noroña lo hizo de nuevo… el senador con el micrófono de presidente y con su talento innato para meter el pie hasta el fondo, soltó unas declaraciones que tienen a México pagando caro su verborrea.
En una conferencia desde el Senado, se burló de la propuesta del senador estadounidense Eric Schmitt. El que amenazaba con gravar las remesas y le lanzó un: “¡Ay, senador, no ves!” que sonó más a sketch de comedia que a diplomacia.
¿El resultado? Schmitt, ofendido, anunció un aumento del 5% al impuesto. Este porcentaje afecta a millones de familias mexicanas que dependen de los 63,000 millones de dólares anuales en remesas. ¡Bravo, Noroña, qué manera de golpear a tantos mexicanos de un solo tiro!
¿No les parece que Gerardo Fernández Noroña, el senador morenista al que el PT ya no quiere ver ni en pintura, se convirtió en ese personaje intenso de karaoke que cree que el mundo ama su voz, pero que en realidad provocó que se urdiera un plan entre las mesas del fondo para arrancarle micrófono?
Y es que, no es la primera vez que el senador juega a ser el héroe rebelde sin calcular las consecuencias.
Mientras estaba “orgulloso” de las protestas migrantes en Los Ángeles, olvidó que alentar manifestaciones desde su posición no es lo mismo que ser porro universitario.
Me queda claro que nadie le explicó que tener en las manos el micrófono de presidente del Senado implicaba cierto grado de diplomacia y que este nuevo Gerardo Fernández Noroña tiene una gran responsabilidad.
Sus palabras, interpretadas como provocación, no solo enfurecieron a legisladores gringos, sino que desataron una exigencia de renuncia por parte de varias decenas de activistas. Ya hay una carta firmada por personajes como Ceci Flores y los LeBaron, en el escritorio de Claudia Sheinbaum, pidiéndole que lo saque del Senado.
¿Será que Noroña cree que la diplomacia es un reality show donde gana el que grita más? Porque hasta donde sé, ese es un papel reservado para Alfredo Adame o para Niurka.
El senador, con su historial de abucheos en el PT y famoso por obligar a ciudadanos a disculparse, parece disfrutar de su papel de enfant terrible.
Senador Fernández Noroñoa, aquí va un consejo gratis: las remesas no son un chiste, y los migrantes no necesitan que les compliquen la vida.. ya mejor suelte el micrófono.
Mientras el canciller De la Fuente intenta apagar el incendio con diplomacia real, el senador sigue echando gasolina y encendiendo cerillos. ¿Cuánto falta para que ocasione una explosión mayor?
En serio, alguien necesita quitarle el micrófono a Fernández Noroña antes de que provoque una crisis de peores proporciones. Porque si alguien ha arengado a los paisanos a continuar con las manifestaciones violentas es él, no la presidenta Sheinbaum.
México merece representantes que sumen, no que resten. Como le dijeron los activistas a la presidenta y como lo decía López Obrador: el pueblo pone, el pueblo quita, y Noroña ya lleva varias de más. ¿O vamos a esperar a que su próximo exabrupto nos cueste el 20% que prometió Eric Schmitt?
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