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El buen maestro enseña con el ejemplo, como Alejandro Armenta

Alejandro Armenta nos está dando una gran lección con la ley de ciberacoso y ciberasedio pero, como que nadie la entendió.

Alejandro Armenta nos está dando una gran lección con la ley de ciberacoso y ciberasedio pero, como que nadie la entendió.

Estoy impresionada porque, como diría alguien que me escribió en privado para hablar de este tema, todos se fueron como yo en tobogán, o sea, como gorda en tobogán, cuando en realidad el Congreso, el gobierno de Puebla y el gobernador Alejandro Armenta nos están dando una lección de civilidad digital.

Como ya les expliqué la semana pasada, tal y como está redactada la Ley actualmente, es en extremo difícil, por no decir casi imposible que algún tuitero o tecleador de oficio pise la cárcel. Si quieren saber por qué los invito a leer: Hablemos de la Ley de Ciberacoso y lo que no se ha dicho.

Es prácticamente imposible probrar el ciberacoso y el ciberasedio debido a la ambigüedad del término “insistencia necesaria” en el caso de los ciudadanos. Pero es por mucho más fácil que se le puede determinar una responsibilidad a los funcionarios del Gobierno de Puebla y al gobernador mismo.

Esto implica que la Ley se creó con la finalidad de autorregular a los gobernantes y de paso, regular a los ciudadanos. Esto me parece bastante sano para todos.

Les explico con un ejemplo:

¿Qué pasa si Rita Sánchez, tutora del “Detector de Mentiras” del Gobierno de Puebla menciona en la mañanera del gobernador en una, dos, tres o cuatro ocasiones el nombre de una persona, digamos “Chucho Pérez”?

Esa transmisión se realiza a través de una red social, llamada YouTube y se retransmite a través de Facebook, Instagram y X. Pero no sale por un solo canal, se hace desde las cuentas del Gobierno del Estado y del gobernador Alejandro Armenta.

A su vez, éstas transmisiones se retransmiten por páginas de secretarías del gobierno, las comparten funcionarios, ciudadanos, bots y grupos en whatsapp.

Todos sucede en un mismo momento, desde múltiples plataformas y con una persona mencionando a otra. Esto significaría que podría probarse la insistencia, la reiteración o la repetición de una acción.

Esta acción podría generar secuelas en una persona como “Chucho Pérez” debido a la masividad de la difusión y las reacciones de la gente en redes sociales. Entonces la mención del señor Pérez en el “Detector de Mentiras” sí podría catalogarse como acoso.

El elemento de “insistencia necesaria” que difícilmente se comprobaría para los particulares, en este caso, para una persona que puede usar una estructura creada y conformada para difundir masivamente información, aplica porque aplica.

Esto significa que la iniciativa de Ley se creó con miras a autorregular las comunicaciones gubernamentales. Y luego, para tratar de poner orden en la jungla digital.

¡Bravo, bravo, bravo!

Eso, señoras, señores, señoritas, señoritos y anexos, se llama autorregulación.

La autorregulación es la muestra de mayor madurez, civilidad y altura de miras que nos dieron el gobierno de Puebla y el gobernador Alejandro Armenta.

Se están arriesgando a denuncias penales con tal de hacernos entender que no está bien acosar y asediar a la gente en redes sociales.

Mientras Ustedes siguen criticando la Ley, yo me pongo de pie. Yo le aplaudo a un hombre que entendió la importancia de frenar las prácticas nocivas del mundo digital.

Un gran hombre y gran maestro como Alejandro Armenta merece todo nuestro reconocimiento.

P.D. Si estás colgando de la lámpara en este momento, tal vez y solo tal vez, sí eres una ciberacosadora o ciberacosador. No sé… piénsalo.

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