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Un detallito de la Ley de Ciberseguridad que están pasando por alto

Un detallito de la Ley de Ciberseguridad que están pasando por alto
Un detallito de la Ley de Ciberseguridad que están pasando por alto

Hay un detallito de la Ley de Ciberseguridad que todos están pasando por alto pero primero quiero compartirles algo.

Hace unas semanas comenté con un amigo que la Ley de Ciberseguridad se convirtió en la pastilla azul que lanzan a las albercas para ubicar a los que se orinan. Sin el efecto del químico nadie reconocería que orina en el agua y el temor de ser descubiertos motiva a muchos salir de la alberca para orinar donde deben, en el baño.

Volvamos a la pastilla azul del ciberuniverso local: La Ley de Ciberseguridad de Puebla.

Ésta motivó a varios a comenzar a teclear desde sus dispositivos en contra asumiéndose aludidos… pastilla azul. La ley como estaba anteriormente hacía más vulnerables a los funcionarios que a los usuarios de redes, pero pocos se detuvieron a masticarlo.

Otros comenzaron a defenderla sin muchos argumentos, salvo proteger a mujeres y a las y los niños.

Esto me parece fundamental y lo más noble del objetivo de la ley, pero demos un paso para atrás. Hablemos de las y los niños en redes sociales.

¡Ah, esos pequeños mocosos, incontrolables, traviesos y revolucionados!

Claramente la protección a las y los niños debe ser prioridad de todas y todos.

Y sin experiencia en el área, me queda claro que parte de la educación que deben recibir implica enseñarles a respetar reglas.

Porque hasta los juegos de mesa tienen reglas, igual que las redes sociales y que la sociedad misma.

Seguramente tiene mucho que lo hicieron y ya no se acuerdan pero, hagan un pequeño esfuerzo.

¿Recuerdan cuando crearon sus cuentas hace años y seleccionaron su fecha de nacimiento? Esta variable para las redes sociales es la confirmación de que son mayores de edad. Porque los creadores de estas plataformas desarrollaron ambientes para adultos.

Incluso existe el control parental para que puedan “brincarse ésta regla”, siempre y cuando haya un control pa-ren-tal. En pocas palabras, transfieren la responsabilidad del uso de la red en cuestión y sus repercusiones a los padres.

Entonces… ¿Quién tiene la culpa de que las y los -niños queden expuestos a toda la información que circula en redes sociales sin restricciones?

Respondan Ustedes, yo me reservaré ese derecho gracias a mi atinadísima decisión de no reproducirme.

¿Me pueden explicar por qué estamos debatiendo sobre una ley creada para proteger a niñas y niños cuando no deberían tener cuentas de redes sociales y la responsabilidad de la navegación segura es de los padres?

Porque mienten en la fecha de nacimiento para abrirle cuentas a sus hijas e hijos, ¡no se hagan!

¿Por qué no antes de todo el pleito, las y los diputados federales se enfocaron, desde el Congreso en motivar el endurecimiento de las reglas de uso de las redes sociales para abrir cuentas? Ya sé que no pueden hacerlo directamente, pero sigan leyendo.

Lograr la verificación es posible, porque todos los que pautamos en redes sociales, sabemos que Meta y YouTube piden validar perfiles con una identificación oficial y la toma de biométricos. Lo mismo suscede con MercadoLibre o Amazon, para poder comprar tienen que registrarse.

¿Por qué no debería suceder con TikTok, Instagram o Twitch?

Dudo que a una comisión de diputados federales le moleste viajar y entrevistarse con algún ejecutivo de Meta para plantearle la problemática mexicana.

¿Por qué no pedir identificaciones y biométricos a todos los que quieran una red social?

¿Por qué no pedir que un adulto sea el responsable de la apertura de la cuenta de una niña, niño o adolescente y que tenga acceso al perfil “apadrinado”, como si fuera una página de Facebook? Así podrían revisar conversaciones, publicaciones, etcétera.

Y quién no quiera seguir las reglas del universo digital, que no se registre y punto.

Luego de eso, deliberen lo que quieran, pero primero saquen a las y los niños de la ecuación de la Ley de Ciberseguridad responsabilizando a los padres de lo que les corresponde y a los legisladores federales de lo que les compete.

Por cierto, si todos tuvieramos que validar nuestro perfil como comenté antes, sería mucho más sencillo dar con pedófilos, tratantes, narcomenudistas, extorsionadores y reclutadores del crimen organizado. De paso, los bots tendrían nombre y rostro. No sé, piénsenlo…

Ojalá éste texto llegue a algún legislador federal con ganas de hacer algo que trascienda. Porque éste es un pequeño detallito de varios que están pasando por alto con la Ley de Ciberseguridad.

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Itandehui Rodríguez

Itandehui Rodríguez

Poblana, tutora de Monólogos de Ménade, responsable de lo que dice y hace y no de lo que le inventa. Resiliente, en constante reinvención y en una relación.