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Ahí viene el lobo y no hacemos caso…

El lobo, la crisis económica, se acerca y hay señales
El lobo, la crisis económica, se acerca y hay señales

¿YA FUE USTED AL SÚPER?: En los supermercados de todo el mundo, desde Berlín hasta Guadalajara o Mérida, los clientes ya no hacen cuentas mentales para ver si les alcanza… simplemente devuelven el queso. Lo que antes era un gusto ocasional, ahora se ha vuelto un lujo. Esta escena cotidiana es más reveladora que cualquier gráfico del FMI o cualquier declaración del Banco de México. El mundo está sintiendo los efectos de una combinación peligrosa de proteccionismo comercial, conflictos prolongados y escasez alimentaria.

Desde su retorno a la presidencia, Donald Trump ha revivido su agenda proteccionista, y francamente Nazi, con la misma fuerza que su senil obcecación avanza. En abril de este año impuso aranceles del 10% a todas las importaciones, y tasas más altas a productos de China (hasta 52%) y la Unión Europea (20%). Estos aumentos han sacudido los mercados: el Dow Jones perdió 4,000 puntos en solo 48 horas. Aunque hubo una tregua temporal con China, la incertidumbre reina. Walmart advirtió que no podrá contener los precios y Trump, fiel a su estilo, le pidió que ‘se coma los aranceles’, en realidad se los come -o deja de comer- el consumidor.

La invasión rusa de Ucrania, iniciada en 2022, sigue sin resolverse. Las sanciones económicas a Rusia y la interrupción del suministro energético han dejado a Europa con inflación estructural. Las materias primas agrícolas y los fertilizantes, muchos provenientes de Ucrania y Rusia, han visto sus precios dispararse, lo que tiene efectos en cascada sobre todo el sistema productivo global.

Según el Informe Mundial sobre las Crisis Alimentarias 2025, 295.3 millones de personas padecen inseguridad alimentaria aguda, con más de 2 millones en fase ‘catastrófica’. Las causas: conflictos, cambio climático y recortes en financiamiento humanitario. Esto ya se traduce en alzas en los precios de los productos básicos, escasez de insumos y aumento del riesgo de revueltas sociales en regiones vulnerables.

Además del conflicto en Ucrania, la escalada de violencia en Gaza ha agravado aún más la situación geopolítica global. Desde finales de 2024, los enfrentamientos entre Israel y grupos armados en Gaza han generado una nueva ola de tensión regional, desplazamientos masivos y un aumento drástico en el precio del petróleo y del gas debido al riesgo sobre las rutas energéticas del Medio Oriente. Esto ha generado efectos dominó en los mercados energéticos globales y ha incrementado la presión inflacionaria en Europa, Asia y América Latina.

EL LOBO ACECHA A MÉXICO: Pese al análisis ligero e incompleto que se hace una mañana sí y otra también, donde con datos parciales o simplemente maquillados se niega la existencia de una atonía económica que se refleja en el bolsillo de los mexicanos que sí trabajan o que no encuentran empleo, nuestro país enfrenta este escenario global con una mezcla de vulnerabilidad estructural y señales económicas contradictorias.

Por un lado, el país ha logrado evitar -sospechosamente en cuanto a la métrica utilizada-una recesión técnica, con un crecimiento marginal del 0.2% en el primer trimestre de 2025. Por otro, los indicadores de actividad industrial, servicios y consumo interno muestran signos de fatiga. El superpeso, que parecía una ventaja en 2024, ahora está afectando la competitividad exportadora, y el turismo ha comenzado a desacelerarse.

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¿Quién miente, los precios o la inflación?
¿Quién miente, los precios o la inflación?

A esto se suma una política fiscal expansiva financiada con déficit, subsidios electorales, presión sobre remesas y un clima de inseguridad jurídica y física para la inversión. El retiro de fondos como el de Noruega en Pemex no solo refleja desconfianza institucional, sino que anticipa posibles retiradas adicionales si no hay señales claras de corrección macroeconómica, y no parece que las vaya a haber en los próximos cinco años.

México, lejos de aprovechar su cercanía con EE.UU. como plataforma de relocalización (nearshoring), podría verse atrapado entre los efectos de una guerra comercial global y políticas públicas internas sin rumbo definido. La falta de coordinación entre el discurso oficial y los datos económicos reales solo alimenta la incertidumbre. En un contexto internacional incierto, el país no puede darse el lujo de improvisar, pero lo hace con singular alegría e ignorancia. Frase feliz mata amarga realidad.

A este panorama se suma un agravante estructural, la violencia y la inseguridad. Con múltiples regiones bajo control del crimen organizado, el país enfrenta crecientes dificultades para garantizar el Estado de derecho, lo que desalienta la inversión nacional y extranjera. La inseguridad impacta directamente la logística, el turismo, la productividad rural y los costos de operación de las empresas. En este contexto, el riesgo de una recesión no solo proviene del exterior, sino también de la fragilidad institucional interna que ahuyenta oportunidades y encarece la estabilidad económica.

De forma lapidaria, con datos concretos y con una visión pragmática sobre México, Shannon K. O’Neil  doctora de la universidad de Harvard, Vicepresidenta y Directora de Estudios del departamento de Estudios Latinoamericanos del Consejo de Relaciones Internacional (Council on Foreign Relations, CFR), una organización estadounidense seria y no partidista especializada en políticas internacionales, ha señalado, también con datos duros, que “México tiene el mapa del tesoro del nearshoring… pero lo está usando para abanicar moscas”, porque estamos distraídos con la elección del poder judicial y reclamando los aranceles, diatribas e imposiciones del señor Trump. El juego político -politiquero- se impone a la razón económica.

En pocas palabras, si la economía fuera un paciente, en este momento estaría en observación y va que vuela a terapia intensiva… pero los doctores se están peleando por quién le va a cobrar la consulta.

DE FONDO: Joseph Stiglitz, quizá el Premio Nobel de Economía con más crédito a nivel mundial, advierte sobre los riesgos de una recesión que parece inminente, en su libro, imperdible, “Globalization and Its Discontents Revisited”, advierte sobre los riesgos de las guerras comerciales, y la necesidad de un nuevo contrato económico global. También abunda sobre países que, como México, pagan los platos rotos de la política económica estadounidense, y rompe más con sus debilidades internas.

DE FORMA: Luis de la Calle, economista mexicano de los qe sí estudian, negociador del TLCAN original, el bueno, el de 1994, ha señalado cómo el proteccionismo y la inseguridad interna son los dos factores que más limitan el desarrollo mexicano actual, la casta política no le hace caso y la venezolización continúa.

DEFORME: Aunque técnicamente no se ha declarado una recesión, mundial o nacional, los síntomas están aquí: desaceleración del crecimiento, aumento sostenido de precios y caídas bursátiles. La combinación de guerra, proteccionismo y crisis alimentaria está afectando la estabilidad de la economía global. Lo más preocupante es que los gobiernos parecen más enfocados en la geopolítica y en la procrastinación que en la racionalidad económica. Simplemente no escuchan los sonidos del silencio…

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Viajero frecuente estrella roja
Adalberto Füguemann

Adalberto Füguemann

Economista, conferencista y consultor Asociado y Generador de Alianzas Estratégicas para las firmas Taller Especializado de Arquitectura Mexicana, APLA Consultores, STA Consultores y Esfera