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La economía de la vigilancia: la dictadura del gran hermano

“La Economía de la Vigilancia representa un desafío para la privacidad y la libertad individual, ya que nuestras acciones y datos personales son constantemente rastreados y utilizados para influir en nuestras decisiones”. Jaron Lanier
“La Economía de la Vigilancia representa un desafío para la privacidad y la libertad individual, ya que nuestras acciones y datos personales son constantemente rastreados y utilizados para influir en nuestras decisiones”. Jaron Lanier

HISTORIA ECONÓMICA: La historia de la economía, como la de todas las ciencias, está marcada por etapas que determinan, en última instancia el relacionamiento y el comportamiento social, ya sea que estemos en pro o en contra de los rasgos que las definen.
La primera etapa del hombre económico fue la de subsistencia, cuando encontró la manera de cultivar alimentos y utilizarlos para su alimentación cotidiana. Poco después surgió la fase de intercambio (regularmente trueque) que le dio la posibilidad de ampliar sus opciones de consumo. El mercantilismo, en el siglo XV, le brindó la posibilidad de rebasar fronteras y acumular riquezas a través de la exportación de excedentes y el freno a las importaciones para proteger a las florecientes naciones, principalmente europeas.
La Revolución Industrial, que nace en el siglo XVIII, transformó drásticamente la economía al introducir nuevas tecnologías y aportó procesos de producción en gran escala. Se produjo una transición de la producción artesanal a la producción fabril utilizando maquinaria impulsada por energía, como la máquina de vapor. Esta industrialización se extendió rápidamente a medida que las fábricas y las industrias manufactureras se multiplicaron en diferentes sectores. El uso de la maquinaria y la mecanización permitieron aumentar la producción y reducir los costos, lo que llevó a un crecimiento económico Significativo y fue, sin duda, el puente a la denominada Economía Moderna, que hoy nos
rige y nos atosiga en sus diferentes vertientes.
Con el tiempo, la economía se diversificó más allá de la industria manufacturera. Surgieron nuevos sectores, como el sector de servicios y el sector financiero. La economía moderna se caracteriza por la producción a gran escala, la especialización del trabajo, la globalización y la creciente importancia de las finanzas y la tecnología. La evolución de esta última nos llevó al internet, y a la revolución de la informática, que ha ido desplazando, poco a poco, hoy ya no tan lentamente, la acción y la conducta económica, política y social.

En el núcleo de esta irrupción tecnológico-cibernética, surgen formas de dominio (“Quien tiene la información, tiene el poder”) y aproximaciones a la despersonalización del individuo en aras de redes que en ocasiones informan y en la mayoría de los casos deforman la realidad que se transmite a un público ávido del enfrentamiento sin sustento, ¿recuerdan la certeza de la gente de que “el coronavirus sería de menor impacto que un resfriado” o los mitos sobre inflación, obras, servicios o acciones que se difunden y se creen, porque no hay una cultura de análisis y/o confirmación, empírica o estocástica.

ECONOMÍA DE LA VIGILANCIA, ES LO DE HOY: Así, nos guste o no, entramos en la fase de la denominada Economía de la Vigilancia. Este es un modelo económico, utilizado políticamente por cualquier ideología manipuladora, basado en la recopilación masiva de datos personales de los usuarios, con el objetivo de obtener beneficios económicos o poder político, o ambos. En este sistema, los gobiernos y las empresas
recopilan información detallada sobre los hábitos, preferencias y comportamientos de los individuos a través de la monitorización constante de sus actividades en línea y fuera de ella.
La Economía de la Vigilancia se ha vuelto posible gracias a los avances tecnológicos y a la proliferación de dispositivos conectados. Cada vez más personas utilizan dispositivos “inteligentes” -a menudo con mayor “inteligencia” que el usuario- y servicios en línea que generan enormes cantidades de datos, que pueden ser explotados con fines específicos, siempre de dominio. Los generadores y sus clientes analizan estos datos para obtener información valiosa sobre los consumidores y dirigir hacia ellos sus objetivos específicos.
Este modelo económico ha generado preocupaciones significativas en términos de privacidad y seguridad de los datos personales. La recopilación masiva de información sobre los individuos plantea preguntas sobre el uso ético de los datos y el consentimiento informado -y muchas veces obligado- de los usuarios. Además, existe el riesgo de que los datos sean hackeados o mal utilizados, lo que ya ha tenido consecuencias graves para la privacidad y la seguridad de las personas.
EL IMPERIO DE LAS FAKES: La Economía de la Vigilancia ha creado una asimetría de poder entre los usufructuarios y los consumidores. Los detentadores tienen un acceso sin precedentes a los datos personales de los individuos, lo que les permite tomar decisiones informadas sobre cómo comercializar y vender productos y servicios o difundir las llamadas “Fakes” (mentiras), con consecuencias deplorables (“siembra cizaña, que algo queda”. “Tomaremos Ucrania en tres semanas”. O, “Estamos en un recorrido en tren por el AIFA”). Esto ocurre porque los usuarios tienen un conocimiento limitado sobre qué datos se recopilan y cómo se utilizan, lo que dificulta el control sobre su propia información personal.
Esta personalización extrema también plantea interrogantes sobre la manipulación y el sesgo al limitar la exposición de los usuarios a diversas perspectivas y opciones. En diversos foros, hoy se considera prioritario fijar la atención sobre la Economía de la Vigilancia y sobre la necesidad de una regulación más estricta de la recopilación y uso de datos personales. Algunos gobiernos y las organizaciones defensoras de los derechos civiles están cuestionando los límites éticos y legales de la vigilancia y manipulación
masiva y exigen mayores protecciones legales para la privacidad de los individuos ¿Hay protección contra el Bitcoin y la mayoría de los Hackers?.
Otros gobiernos y otras corporaciones, por el contrario, pugnan por imponer estos medios
de control y manipulación en aras de intereses políticos y económicos de domino y de
permanencia y, aunque parezca increíble, destruyen estructuras e infraestructuras
económicas, culturales y educativas para aprovechar la ignorancia o el desconocimiento
del consumidor y llevarlo a estadios económicos regresivos de manipulación y
sojuzgamiento (¿ya apostaron vía celular a su equipo favorito?).
DE FONDO: La intersección entre la manipulación política y la Economía de la Vigilancia
ha generado preocupaciones significativas en los estratos críticos de la sociedad
contemporánea. En esta era digital, donde nuestras vidas, queramos o no, están cada vez
más entrelazadas con plataformas y servicios en línea, se ha vuelto más fácil recopilar y
analizar datos personales con fines políticos o delictivos (Pegasus en acción).
Mediante la vigilancia constante de nuestras actividades en línea, las entidades pueden
obtener una comprensión profunda de nuestras preferencias, creencias y
comportamientos, lo que les otorga un poder sin precedentes para influir en nuestras
decisiones políticas. Incluso para dividir opiniones, creencias y comportamientos.
DE FORMA: Los algoritmos y las técnicas de segmentación permiten la personalización
o la colectivización perversa de mensajes políticos, dirigiéndolos de manera precisa a
audiencias específicas –“pobres”. “ninis”, “adultos mayores”-, con el objetivo de moldear
opiniones, polarizar debates y manipular su percepción. La Economía de la Vigilancia se
ha convertido así en una herramienta poderosa y peligrosa para la manipulación política,
planteando interrogantes sobre la integridad de los procesos democráticos y el respeto a
la privacidad y a la autonomía individual. El triunfo del Big Brother.
DEFORME: Un ejemplo de la Economía de la Vigilancia lo tenemos en los informes
económicos periódicos, servidos al gusto del que los utiliza. Suben los precios… pero
“baja la inflación”; hay más muertos por día-mes-año… pero “aumenta la seguridad”; los
“megaproyectos” cuestan hasta 10 veces más de lo presupuestado…, pero “era
necesario”. Y cierro con el más dramático: “Los que no están conmigo, están contra mí y
son adversarios”, es decir, no existe la escala de grises, solo blanco y negro, es decir,
mentes en blanco e intenciones en negro.
COLOFÓN: Porfirio Muñoz Ledo recorrió todo el espectro político mexicano, lo conoció
a fondo y lo plasmó académicamente. No concretó su visión, porque no encontró a la
persona adecuada y él se autodescalificó con conductas socialmente incorrectas. Al final,
fue traicionado por la visión del blanco o negro, no había más, QEPD.

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Adalberto Füguemann

Adalberto Füguemann

Economista, conferencista y consultor Asociado y Generador de Alianzas Estratégicas para las firmas Taller Especializado de Arquitectura Mexicana, APLA Consultores, STA Consultores y Esfera